martes, 15 de abril de 2008

La campaña para la inclusión de la letra Ñ en Internet ya llegó a las 5 mil adhesiones

DIFERENCIA. No es lo mismo un panal que un pañal.


A 24 horas del inicio de la campaña impulsada por Clarín y Ñ para incorporar la letra característica del alfabeto español a los dominios nacionales de Internet, ya se registraron más de 5.000 adhesiones.
El apoyo de los usuarios no se hizo esperar. En menos de un día, ya fueron más de 5.000 las personas que completaron el formulario de adhesión para que la "ñ" forme parte de los dominios en Internet. Los usuarios argentinos y de todo el mundo hispanohablante aprovecharon además para dejar sentada su posición ante la ausencia simbólica todavía hoy inexplicable. Lo hicieron incluso con el mismo humor que recoge la campaña. Algunos apelaron a anécdotas cotidianas que reflejan los desajustes comunicativos que produce la falta de la única letra exclusiva del español. "Aguante la eñe, la verdad yo vivo en el exterior y me resulta incómodo escribir sin la eñe, porque a veces no se puede o no la reconocen las páginas, no es lo mismo decirle a un amigo feliz cumple años que feliz cumple an..s", dijo Vicky, por ejemplo. "Ñ para todo el mundo, ya sabemos que año no es lo mismo que...", agregó Noelia Maidan. Los cibernautas argentinos hace tiempo que esperaban una iniciativa de este tipo. En Chile, por ejemplo, no se rindieron ni se durmieron y hace años que hay un sitio que se llama Ñandú.com.cl. México también resiste y ya tiene sucompañía.com. "La Ñ ausente es una Ñ presente y agigantada desde su falta. Es extraño que no esté y por no estar se extraña su entrañable unicidad. A pesar de todo, la Ñ resiste desde su belleza y desde esa virgulilla superior que la vuelve entrañable y necesaria para colorear fonéticamente la cuadriculada barbarie de la lingüística ciberespacial argentina, aún unidimensional", recordó no hace mucho el periodista, filósofo y escritor Miguel Wiñazki, quien hace tiempo que está acostumbrado a que dirección de e-mail personal lleve una "n" en el lugar de la letra correcta. España inició el proceso para incorporar el único carácter que faltaba en sus dominios. Ahora esta campaña on line lo invitan a formar parte del histórico hito que significará proteger nuestra lengua, característica fundamental de cualquier identidad.
Diario Clarín, 14 de abril de 2008.

viernes, 11 de abril de 2008

Importante manifestación editorial de niños en Bolonia


When Cows Fly... ha sido el título escogido para el país invitado de honor en esta versión número 45 de la Feria del Libro Infantil de Bolonia, y el país invitado de honor ha sido Argentina. Las editoriales argentinas participan desde hace años en esta Feria Internacional, exponiendo la gran producción de libros para niños y jóvenes que se editan en el país. En la última década, los ilustradores argentinos han ido ganando terreno no sólo en Latinoamérica sino también en Europa, Norteamérica y Asia, obteniendo la publicación de sus obras y numerosos premios internacionales. Ser País invitado de Honor en Bolonia viene a cerrar una etapa de búsqueda de reconocimiento para abrir otra que esperamos ubique definitivamente la producción artística e intelectual argentina de ediciones infantiles en el mercado mundial y los ilustradores argentinos reflejan el dinamismo cultural de un país profundamente ligado a Europa por el origen de sus habitantes.

Por Rodolfo Faggioni

La Feria Internacional del Libro para niños de Bolonia es reconocida universalmente como la más importante del mundo poniéndose como punto de encuentro para todas las realidades interesadas al contenido editorial. Este año han participado 1.300 expositores de los cuales 1.200 provenientes de los cinco continentes y los visitantes que han colmado los 20.000 m² de superficie expositiva han sido superiores a los 25.000. Acontecimiento único y privilegiado para profesionales internacionales del sector como autores, ilustradores, productores cine-televisivos, licensors y licensees, packagers, impresores, agentes editoriales y literarios, bibliotecarios y distribuidores.
Numerosas las novedades de esta edición como la Bolognaragazzi Award dedicada a la poesía, al lance de la Worl Directory of Children’s Book Traslators, un precioso database a disposición de los editores de todo el mundo.
También la ciudad de Bolonia participa activamente con iniciativas que testimonian la gran atención a los temas ligados a la edición infantil y juvenil movilizándose como la “ciudad dedicada a la edición infantil”.
Varios países de América Latina como México, Brasil y Venezuela, han participado de este importante evento. Venezuela, de modo especial, con sus Ediciones Ekaré: una editorial sin fines de lucro que publica libros para niños y jóvenes. La palabra Ekaré fue tomada de la etnia Pemón del sureste de Venezuela y significa narración nueva o verdadera y, en un contexto más amplio, simplemente historia o cuento. Fue fundada en 1978 a partir de la experiencia en bibliotecas públicas del Banco del Libro, una institución sin fines de lucro conocida internacionalmente por su labor de promoción de la lectura.
Han participado también a esta importante manifestación representantes editoriales y compañías televisivas internacionales, reconocidos por ser a la vanguardia en el campo de la producción de calidad para niños y jóvenes.

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008041104

martes, 8 de abril de 2008

Cualidades esenciales de un editor

Hace tiempo llegaron estas palabras a nuestras manos, algunos las atribuyen a Beatriz de Moura, fundadora de la editorial Tusquets. Sintámonos identificados...


AMAR LA LECTURA y, por supuesto, haber sido ya previamente un lector asiduo, de preferencia desde muy joven y, mejor aún, desde niño.

Haber sido agraciado con el don de la CURIOSIDAD.

CARECER DE PREJUICIOS: un libro gusta o no gusta, cualquiera que sea su género literario, de dondequiera que provenga (culturas, países o lenguas), quienquiera que lo haya escrito (mujer u hombre, negro, blanco, rojo o amarillo, hetero u homosexual, narciso, sado o masoquista o las tres cosas, creyente ateo, de derecha o de izquierda, etc.).

Tener facilidad para los IDIOMAS.

Estar dotado de un desarrollado “DON DE GENTES” y de un notable don de la MOVILIDAD.

Haberse curtido en alguna EXPERIENCIA LABORAL PREVIA en las distintas actividades que genera una editorial, y saber en cuál de ellas, de preferencia, cree que puede dar lo mejor de sí mismo.

Ser PACIENTE, muy, pero que muy paciente, y muy, pero que muy TENAZ, más TERCO que una mula empecinada.

Sentirse atraído por el riesgo permanente, SER INTRÉPIDO sin por ello llegar a ser temerario.

SER COMPETITIVO, aunque (muy importante) sin caer en la envidia.

No ser tacaño, sin ser manirroto.

NUNCA PRETENDER TRABAJAR CON HORARIOS FIJOS.

En consecuencia, sí SABER ORGANIZAR EL TRABAJO, porque siempre habrá más.
Al parecer, cuanto más se trabaja, más trabajo se genera, y recomiendan que sea así para la buena marcha del negocio.

Desprenderse del propio “ego”, cueste lo que cueste. (Los únicos en una editorial que por lo visto pueden permitirse el lujo de exhibirlo son los escritores.)

APRENDER DE LOS ERRORES casi cotidianos y, por tanto, a SER HUMILDE; dicen que casi en cada libro nuevo el editor se topa con un planteamiento distinto, de modo que nunca cesa de aprender.

Tener lo que suele llamarse “BUEN VINO” y, de ser posible, “buena resaca”, con el fin de participar con buen ánimo en toda suerte de saraos y, al día siguiente, ponerse a trabajar como si no hubiera estado de farra hasta las tantas.

Finalmente, SABER DECIR “NO” a un manuscrito sin herir susceptibilidades, y “No” cuando el presupuesto lo impida...

viernes, 4 de abril de 2008

Proponen editores centroamericanos una Ley del Libro

Reúne el Encuentro de Editoriales Independientes a empresas del mundo de habla hispana; piden que los gobiernos promuevan e incentiven la lectura y la cultura del texto.

Directores de editoriales independientes de Honduras, Costa Rica, Guatemala y El Salvador hicieron un llamado a sus respectivos gobiernos para que se promueva e impulse una Ley del Libro, con el fin de fomentar la lectura y la cultura del texto.
Durante una charla que ofrecieron en el Centro Cultural de España en México, Isolda Arita, de la Editorial Guaymuras (Honduras); Carlos Aguilar, de Perro Azul (Costa Rica); Yanira Gálvez, de F y G Editores (Guatemala), y Henry Marcel Vargas, de Editorial UCA (El Salvador) consideraron urgente que se lleve esto acabo.
Como parte del Encuentro de Editoriales Independientes, cada uno de los ponentes intercambió puntos de vista en torno a los problemas de estas empresas en sus respectivos países e hicieron un análisis del panorama que guarda Centro América en materia literaria, el cual arroja cifras alarmantes.
Carlos Aguilar, director de la Editorial Perro Azul, aseguró que en Costa Rica no existe una política hacia el libro, en la que se promueva a los editores, bibliotecas públicas, libreros y autores costarricenses.
Señaló que en su país existen varias editoriales, en su mayoría gubernamentales y con mecenazgos, que editan a autores “oficiales”, es decir, del propio gobierno.
Destacó que desde hace diez años la editorial a su cargo abrió sus puertas, con lo que en Costa Rica se ha comenzado a publicar a autores que no tenían espacios con las editoriales oficialistas.
“Somos ahora una voz, pues editamos escritores de la talla de Juan Gelman, Jorge Botanera, José Emilio Pacheco. A partir de que nosotros irrumpimos, se nos toma en cuenta y, además, a los escritores costarricenses que comienzan a incursionar en el mundo de las letras”, aseguró.
Reiteró que hasta hace una década autores costarricenses eran minimizados, pues editoriales gubernamentales no querían publicar sus obras.
“En Costa Rica a las editoriales de gobierno no les interesa publicar a escritores que están creando pensamiento. Lo que les interesa es crear borregos. No les interesa autores como Luis Chávez, María Montero, Luis Fernando Gómez y Alexander Obando”, abundó.
Dijo que Perro Azul es una editorial de resistencia y que tiene que ver con un punto ético y estético, pues uno de los retos que asume es darles voz a los autores que no tiene espacio en editoriales estatales o de gobierno.
Por ello, consideró necesario una Ley del Libro, en la que se “obligue a los libreros a vender textos nacionales, como sucede en Francia y otros países de Europa”, añadió Aguilar, quien precisó que en Costa Rica el 68% de la lectura es importada.
Sobre el tema, Henry Marcel Vargas, de Editorial UCA, dio a conocer algunas cifras respecto de la situación actual que en materia de lectura se vive en El Salvador.
Dijo uno de cada diez salvadoreños dedica de una a tres horas semanales a la lectura y que solo existen 14 librerías en la capital del país, San Salvador, donde se vende de todo excepto libros; “sirven más como papelerías”, comentó.
Denunció que son pocas las editoriales en el país centroamericano las que se dedican a publicar literatura, y por lo general prefieren los temas de interés social.
En su oportunidad, Isolda Arita, de Editorial Guaymuras, expuso que en Honduras existe una propuesta de una Ley del Libro de parte de varios sectores involucrados en la materia, pero que el Congreso nunca ha discutido.
A los legisladores “les preocupa más otros problemas, como la inseguridad, pobreza, economía, aspectos de la vida diaria; les importa todo eso, excepto la cultura, menos el libro y la lectura”, dijo.
En ese sentido, destacó que las editoriales independientes juegan un papel importante, ya que a ellas se deben las publicaciones que existen en ese país centroamericano.
Precisó que “estamos hablando de nueve editores y todos independientes, porque ninguno se ha ligado a hacer corporaciones nacionales. Pero también creemos que el mercado no da para más, porque la demanda del mercado es muy baja”.
Sobre una Ley del Libro, se pronunció porque sea una que incluya a todos los sectores de la sociedad hondureña y en la que se establezca, como en México, el precio único por volumen en todo el país. “La idea es evitar el aumento de precios”, puntualizó.
Es decir, “una ley integral en el marco de las garantías constitucionales de libertad de escribir, editar y publicar libros sobre cualquier materia, propiciando el acceso a la lectura y el libro a toda la población”, concluyó.
El Encuentro de Editoriales Independientes, que reúne a empresas del mundo de habla hispana, inició el 2 de abril y concluirá este viernes.

El Universal (Ciudad de México), www.eluniversal.com.mx, 4 de abril de 2008.

martes, 1 de abril de 2008

Palabras en la oscuridad

Son mujeres. Están presas en la cárcel de Ezeiza. Muchas de ellas viven allí con sus hijos, y encontraron en la escritura un camino de recuperación.


“Mi cuerpo no es libre, pero mi mente sí.” Myriam López Pereyra, 37 años, lee taciturna su poema. Tiene la piel morena, le faltan algunos dientes, otros están negros, se tiñe de rubio. Se sienta a contar su historia. Quiere que la conozcan, no por vanidad sino para ver si le sirve a “alguien” que tenga el poder de hacer “algo”.

“Antes tomaba merca, y un día me dijeron por qué no probás este mambo. Probé paco y me quedé colgada. No iba ni a mi casa. Fui a comprar y me quedé ahí fumando y cayó el allanamiento. Tengo cuatro hijos. Nunca les había podido decir que los amaba. Mis hijos no se drogan; imaginate, verme así es para decir: yo no me drogo ni loco.”

La primera vez que estuvo en el taller de poesía trajo un papelito con algo escrito durante su ingreso al penal. “Llegué y estuve cuatro días en los tubos (celdas individuales y mínimas), incomunicada, sin hablar con nadie y con crisis de abstinencia. Un día acá adentro es como un año afuera. Pensé que había muerto y estaba asistiendo a mi velorio. Escribí sobre eso y María, la maestra, me dijo que era poesía”, recuerda. Después María le pidió que escribiera algo más.

“Tas reloca. ¿Que yo via’a escribir?”, le dijo Myriam, la misma que ahora afirma: “La poesía es poder decir en un papel lo que no puedo con la voz. Poder decirles a mis hijos cuánto los amo. Me estaba matando a mí misma. Y con la poesía me encontré. Acá te abren esa reja, te tiran un colchón y arreglate. La poesía me enseñó que podía hacer algo por mí. Yo no sabía que podía. No sabía que había gente de afuera que se interesa por nosotras. Cuando salga, me gustaría que mis hijos me den la oportunidad de estar con ellos, seguir en el taller y ayudar a los que están en el paco. Los que estamos en el paco no entendemos que mata. Un penal no es la solución. Tiene que existir un lugar serio, cerrado pero con contención, con represión”.

Antes de entrar, todo parece una casa de muñecas: paredes rosa salmón, techos verde oscuro, puertas y ventanas pintadas de azul claro. Pero las casas de muñeca no tienen un cerco perimetral con alambres de púa que brillan bajo el sol del verano, torres vigías, puertas de rejas ni guardias armadas como la Unidad Penitenciaria N° 31 de Ezeiza. Dicen que es una de las cárceles que el Servicio Penitenciario Federal prefiere mostrar: acá viven mujeres que, más allá de estar acusadas de haber cometido un error, tienen muy buena conducta; eso, se supone, garantiza un bajo nivel de conflicto. Es uno de los penales más nuevos y de los pocos donde viven chicos menores de cuatro años, hijos de detenidas, que van al jardín detrás de las rejas. Todos esos nenes y nenas aprendieron a decir “mamá” y “agua” con tanta urgencia como “celadora”.

Las palabras cambian para sobrevivir acá adentro. A veces forman un código cerrado, de términos gastados, predecibles, tristones. Interna. Gorra. Gato. Recuento. Requisa. Pero también puede ocurrir que tejan un mundo tan visceral y opulento como para que un día caluroso un grupo de visitas llegue a Ezeiza en micro, combis o autos a participar de un banquete de palabras, un festival de poesía al que bautizaron “Yo no fui”.
Lo dijo Bart Simpson: “Yo ni fui, nadie me vio, no pueden probarlo”. Y las chicas, señoras y abuelas que hace cinco años van al taller de poesía que coordina la poeta María Medrano –con su colega Claudia Prado– la hicieron su mantra. Es el título de dos libros con poemas del taller y un proyecto artístico y social más amplio. “Arrancó con un taller de poesía en este penal, donde se formó el grupo que lleva adelante el proyecto. Ahí se generó la reflexión acerca de las mujeres detenidas y surgió la necesidad de que el trabajo de los penales tuviese continuidad afuera, dando apoyo y contención en el proceso de recuperación de la libertad”, explica María Medrano. Hoy, “Yo no fui” trabaja adentro con las mujeres detenidas. Y afuera con las que salen. O no. Porque a medida que quienes habían participado en el taller iban saliendo, decían “ah bueno, pero yo afuera voy a seguir” o “nos tenemos que juntar afuera”.


“Las que no querían escribir, igual venían. Les hacía bien charlar con gente que había pasado por la misma situación. Se sumaron mujeres que no habían participado del taller adentro, pero que empezaron a venir como algo vital”, cuenta María Medrano.

No era un interés personal lo que las movía: había conciencia de que muchas estaban pasando por la situación del encierro y que desde afuera podían hacer algo. Ya no por la compañera de rancho, sino por miles de mujeres. De las 1050 presas en cárceles federales, el 56% de ellas no tiene condena. La mayoría, vinculadas a delitos no violentos. Por su condición de género sufren mayor discriminación y reciben menos visitas. En la Unidad 31, el 67% tiene causas de drogas y al entrar en el salón del festival llama la atención la diversidad de rostros y pieles, y pelos y lenguas que participan del taller de poesía. Benetton haría acá su mejor casting.

De penal a centro cultural

“Yo doy la cara porque no maté a nadie”, dice y aprieta fuerte a su beba al pecho.

Raquel Calabria está acusada de tráfico de cocaína. La detuvieron en Ezeiza el 16 de marzo de 2007, cuando ya estaba en el avión, pero nunca llegó a cruzar el océano. Por esos días que cayó presa supo que estaba embarazada. Su hija nació en la Maternidad Sardá y vive con ella en la Unidad 31 de Ezeiza, donde viven unas 90 madres con hijos menores de cuatro años. Que los niños crezcan entre rejas desata múltiples complejos debates. Existe un proyecto de ley que contempla enviar a las madres de hijos menores de cuatro años a prisión domiciliaria con una pulsera magnética.
Raquel vivía en Alicante y era encargada de un restaurante. “Ganaba poco, mi marido trabajaba en la construcción. Sólo quería terminar de pagar mi casa y mi coche.” Le salió caro: va a hacer un año que no ve a su otra hija, que vive en España y tiene cuatro años. Lo que más quiere en la vida es que llegue el día de abrazarla. Mientras tanto, lee. Pablo Neruda. Quevedo. Cervantes. Escribe.

“Me hace sentir fuera de aquí. La poesía siempre me gustó. Entro al taller y me siento libre, en otro mundo. Escribir es estar fuera de aquí.”

“Yo no fui amordazada. Yo no fui limada”, dicen las letras con aerosol rojo gritón en sábanas que ambientan el salón más luminoso de la cárcel. Este espacio impersonal donde otros días las internas reciben las visitas, hoy parece un centro cultural modernoso. En el centro: la mesa. El programa anuncia cinco sesiones de lectura de poesía y una de debate. Y dice, en palabras de Laura Ross, una de las participantes del taller: “En esta instancia donde se nos borran las palabras, en que lo ajeno es habitual, donde el agua de la memoria tiene pozos y no es natural un abrazo ni la relación con el dinero ni con el cuerpo, ya tener un libro en la mano es político. Conversar sobre lo leído es compartir nuevos discursos y acceder a otros escritores es poder estar afuera por un rato”.
Detrás de la mesa hay una soga de la que cuelgan hojas de cuaderno. Parece ropa tendida. Son poemas escritos a mano. Unos firmados por las chicas del penal y otros con fragmentos de poetas consagradas. Como Diana Bellesi, la santafesina que en los 70 fue pionera de estos talleres intramuros. Las chicas la reciben entre mates y puchos. Bellesi se acomoda en un banco, a centímetros de Damián Ríos, Anahí Mallol, Lucía Bianco, Gabriela Bejerman, Carlos Battilana, Juan Desiderio, Paula Jiménez, Francisco Garamona, Martín de Souza, Consuelo Fraga, Teresa Arijón, Mariano Blatt, Guadalupe Muro. Son los poetas invitados. Vinieron en un micro desde la Casa de la Poesía de Buenos Aires. Parecen niños obedientes y expectantes a que les tocará leer.
El banquete arranca con unas palabras de María Medrano. Agradece rápido y presenta la performance que trajo al penal la editorial Superabundans Haut. Un señor-editor-activista pegó en las paredes afiches murales que en letras negras y grandes hablan de la sumisión y la autoridad. Con un megáfono de hojalata, el hombre explica que esas frases fueron escritas en el año 1548 por un joven francés de 18. Se llamaba Etienne de La Boétie, fue político y jurista, son textos del Discurso sobre la servidumbre voluntaria. Las chicas se pasan el megáfono y leen. Una veinteañera con una beba de un mes repite: “A aquellos que, así la libertad estuviera por entero perdida y fuera del mundo, la imaginan y sienten en su espíritu, y además la saborean, y que no pueden tolerar la servidumbre, por mucho que la adoren”.
En un rincón del salón hay una mesa con libros pequeños, de las llamadas editoriales independientes. En el otro costado, tablones y caballetes arman un despacho de comida naturista, gracias al apoyo de La Aromática, que convida un almuerzo sabroso. De postre, las frutas llaman la atención de las chicas. Hacen cola para conseguirlas.
“¡Cuánto hace que no veía una sandía!”, comentan y escupen las semillas en la mano.

Integrar & proyectar

“Yo no fui” es un proyecto artístico y social que trabaja en las cárceles de mujeres de Buenos Aires, y afuera con las personas que han recuperado la libertad. “Nuestro objetivo es acompañar a las mujeres que están presas en su proceso de ‘reinserción’ brindando un marco de contención y facilitando su salida laboral a través de la capacitación en talleres de producción; promoviendo la autogestión”, explica la coordinadora María Medrano, que junto con Claudia Prado dicta el taller de poesía en la Unidad N° 31 de Ezeiza.
Cuenta con un espacio en la Asamblea de Palermo (Bonpland 1660), donde se realizan talleres de poesía, y también de costura y diseño, encuadernación y serigrafía. Participan mujeres que pasaron por la experiencia de la cárcel, amigos, familiares, o personas que se interesan por el proyecto. “La idea es que sea una experiencia integradora, no sectaria ni cerrada”, aclara Medrano. Todos los talleres son gratuitos y Yo no fui provee el material. La idea a futuro es abrir una tienda comercial donde se vendan las producciones.
La otra pata del proyecto son los talleres y actividades en los penales. Para este año, María Medrano y Claudia Prado planean más talleres: encuadernación, costura y diseño de objetos en tela, serigrafía, fotografía y otro de poesía. Para algunos de ellos cuentan con el apoyo del Centro Cultural de España en Buenos Aires. Y para otros, están en tratativas con el Ministerio de Justicia.
En 2007 “Yo no fui” organizó un ciclo de cine en la unidad 31, que continuó durante enero, y No me digas que no, uno de recitales en los penales de Ezeiza (Complejo Federal Nº1, Unidad 3 y Unidad 31), que se extiende hasta marzo.

“Yo no fui” tiene su blog: http://www.proyectoyonofui.blogspot.com/