lunes, 13 de agosto de 2012

Libro recomendado: Una historia incomprensible y otros relatos


“Cada uno de nosotros debería escribir un libro…”

— Odilon Redon


Pocas personas tienen la capacidad de cultivar con excelencia múltiples ramas del arte, como lo ha hecho Odilon Redon. Fue pintor, escultor y escritor. Sus relatos llegan al mundo de habla hispana de la mano de Ediciones Bajo la Luna, con traducción de Mercedes Roffé.

  

Por Noelia Poloni



Conocí a Odilon Redon hace varios años, hojeando una colección de libros sobre pintura en casa de una artista plástica. Apenas había recorrido unas pocas páginas cuando quedé impactada con el contraste entre los distintos estilos de su obra: por una parte, imágenes fuertes, cargadas de simbolismo, contraste y crudeza (los “negros”), que bien podrían ilustrar la portada de un libro de terror, y por otra, aquellas correspondientes a un período posterior, llenas de color y belleza, donde predominan figuras de la naturaleza. Entre ellas, también se encontraba El Ángel del Libro (que da nombre a este blog), de la cual quedé enamorada de inmediato.
Tal vez pocos lo conozcan. A modo ilustrativo, diré que nació en Burdeos en 1840 y murió en París en 1916. Los críticos los señalan como un pintor simbolista, y dentro de esta corriente, como un postimpresionista, aunque también se lo considera como un precursor del surrealismo. De ahí, podemos observar los cambios de color y texturas en su producción artística.
Admirador de Edgar Alan Poe, su relación con la literatura fue estrecha. Tal es así que lo llevó a ilustrar varios libros de Baudelaire, con quien trabó amistad, al igual que con Mallarmé, Huysmans y Émile Verhaeren. También se relacionó con grandes científicos como Darwin o Armand Clavaud, quien lo instó a estudiar anatomía y zoología; todo esto se vería reflejado en su obra.
Permaneció prácticamente en el anonimato hasta 1884, cuando se publicó la novela de Joris-Karl Huysmans, À rebours (traducida al español como A contrapelo o Al revés), donde aparece un aristócrata decadente que colecciona sus pinturas. Hacia esa misma época, Redon fue uno de los promotores del Salón de los Independientes, organizado en paralelo y como reacción crítica hacia el Salón de Bellas Artes de París, en el cual los artistas podían expresarse con libertad, otorgando visibilidad a las vanguardias pictóricas de finales del siglo XIX.
Su deseo de escribir lo condujo a la producción de numerosos escritos autobiográficos, muchos de ellos aparecidos en 1894 en La Vie, con el título de “Confesiones de artista”. De hecho, su literatura de ficción también refleja hitos autobiográficos, siempre encarados desde una perspectiva recreada y, en ocasiones, oscura. Este es el caso de varios de los textos que componen Una historia incomprensible y otros relatos, edición de Bajo la Luna, que vio la luz en 2010, con una impecable traducción de Mercedes Roffé. En su labor, la traductora ha priorizado la legibilidad de los textos en función del placer que pudiera producir su lectura. 
La araña sonriente.
La obra está integrada por nueve relatos y su origen es una edición inglesa publicada en francés en 2005 en el Reino Unido, bajo el título Odilon Redon: Écrits. ¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? Sin dudas, una similitud con la obra de Poe, Lovecraft y el Kafka de La metamorfosis. En ellas confluyen elementos oníricos, casi recortados de lo sobrenatural, donde el final –abrupto, en ocasiones– suma más intriga, planteando interrogantes tal vez sin respuesta. El simbolismo tampoco está ajeno, y mediante su implementación, Redon se propone quizás sin darse cuenta, describir una sociedad y una época: la suya. La crítica humorística es un recurso más, mediante el cual el autor se ocupa de ridiculizar ciertos hábitos de la sociedad de su tiempo, planteando la dicotomía salvaje/civilizado, y critica severamente a aquellos artistas e intelectuales que se abstraen de todo, preocupándose solo por sí mismos; como diría nuestro Rodolfo Walsh, varios años más tarde: “un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante”.
Además de la traducción, Roffé se ha encargado de redactar el prólogo de esta edición y cierra la misma con una cronología de la vida y obra del autor, acompañada de un apéndice con la reproducción de varias de sus pinturas. Para quienes no lo conocen, este es un buen punto de partida. 






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